martes, 14 de junio de 2011

Descubren la tumba de un adolescente sepultado hace más de 1600 años en Sipán

Un grupo de arqueólogos descubrió, a sólo 16 metros de la tumba del Gran Señor de Sipán, los restos de un adolescente perteneciente a la sociedad Mochica y que fue sepultado hace más de 1.600 años en Perú.
Así lo indicó el descubridor del Señor de Sipán, el peruano Walter Alva, quien explicó que hace ochos días se procedió a la limpieza de la tumba en una zona inexplorada hasta entonces en el norte del Perú.
La tumba está situada en la misma plataforma funeraria donde fue encontrado en 1987 el Señor de Sipán, uno de los logros arqueológicos más importantes del siglo XX.
En este yacimiento situado en el pueblo de Sipán, en la provincia norteña de Lambayeque, los investigadores localizaron el ingreso hacia una tumba que consta de una fosa de dos metros de ancho por cuatro de largo y de un ataúd de caña.
Dentro del féretro, yacían los restos de un adolescente, aparentemente de sexo masculino, de 1,35 metros de altura y que tendría entre 12 y 14 años de edad, explicó Alva.
A falta de las investigaciones definitivas, los restos encontrados datarían del siglo IV después de Cristo aproximadamente, una fecha anterior a la muerte del Señor de Sipán, añadió el experto.
Esta tumba es la decimosexta que se halla en el complejo formado por dos pirámides donde fueron enterradas las personas de la élite mochica, una cultura que vivió entre los siglos I y VIII de nuestra era en esta zona del norte peruano.
Asimismo, Alva detalló que fuera del ataúd se encontraron cuatro grandes vasijas con residuos de alimentos, mientras que dentro había otras cuatro vasijas y unos ornamentos de cobre en forma de tocados.
Entre las cerámicas, el arqueólogo destacó la representación realista de un maní (cacahuate) y que también antes había sido representado en el collar metálico del propio Señor de Sipán.
"Para los mochica, (el maní) tenía un especial significado, relacionado con el culto a los muertos y los ciclos de regeneración porque es una planta que florece, después se entierra y vuelve a germinar. Es la metáfora del mundo de los vivos y los muertos", expresó Alva.
Junto al ataúd de caña, dijo, apareció el esqueleto de una llama (camélido andino) y otros indicios que llevan a pensar que sólo se ha descubierto una parte de lo que sería una tumba mayor, así como que el adolescente estaría acompañando a un personaje de mayor estatus.
Según Alva, el nuevo hallazgo en la plataforma preincaica tiene "gran importancia" porque contribuirá a construir toda la secuencia de tumbas y a conocer su nivel jerárquico.

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